En la dulce estancia donde se recrea el amor, saltan alegres de contento dos seres que se aman embriagados de pasión, entre abrazos y besos se susurran sus deseos, se funden en uno solo, explotan de emoción, la exquisita fragancia de las rosas, el bello trinar de una canción, hacen de su tierno romance un hermoso idilio de amor, las mieles derramadas producto de su baile, son fiel testigos de la fiesta, estirpe sagrada de una serenata sin final, que grita a voces...Amor...Amor...Amor...
Hughbarrish
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