sábado, 26 de septiembre de 2015

Vete ya, deja en paz el alma mía...






Donde estás, no perturbes mis sueños, apártate de mi vida, me fastidias, si no te haces presente entonces aléjate, hasta cuando lastimarás mis heridas, por qué el tiempo no disuelve los recuerdos de viejos días, cuando no te pienso entonces te aprovechas en mis sueños, ¡Basta!, ¿Qué hacer?, será que la muerte es la única que tendrá ese poder, cuando ya no sienta, no piense, sí, cuando se apague mi vela. No se, ¿Por qué Dios no se apiada de mi vida?, ¡Apágala Señor!, no hay otra forma, no ves que acosa mis sueños, me quita la paz cuando nuevamente veo su figura, sus gestos indiferentes, ¡Ya está bueno!, esto no es amor, pues aquello que fue ya está muerto, se esfumo con el tiempo de los olvidos, se secó aquel árbol que me daba vida, ternuras y caricias, sus fuentes de aguas cristalinas donde me sumergía en el pasado se secaron, Será no soñar, pero como hago si tampoco eso puedo controlar, no es potestad mía, Será ignorarla en mis sueños, despreciarla hasta el punto que mis espinas la alejen para siempre de mi vida, ¡Qué va!, eso tampoco lo puedo decidir, en los sueños no manda la voluntad mía, solo la de los sueños atrevidos que manipulan mi mente, hieren mis sentimientos, se burlan de la impotencia que me agobia al no poderla olvidar y me dice que es culpa mía, que él solo extracta lo que mi corazón le dicta, le muestra, desnuda mi desgraciada vida, ¿Donde estás?, no perturbes mis sueños, apártate de mi vida, apáguense las cenizas, solo así podrá descansar en paz el alma mía...




                                                          Hughbarrish

No hay comentarios:

Publicar un comentario