miércoles, 28 de octubre de 2015

Libertad



En ocasiones no siento el mundo, entro en un estado de pasividad necesario, involuntario, pero es bueno, no medito, ni siquiera lo discierno, simplemente lo dejo pasar, es la vida en sus diferentes estaciones, pero lo importante es que están rodeados de paz, es como si Dios estuviera ministrando, los pensamientos se dejan llevar, es un éxtasis extraño, reposo total. No presiono mi alma cuando quieta quiere estar, eso es vivir, es también hablar, incluso, es mucho mejor que esto, es clamar, en medio de recuerdos fugaces que al alma hacen suspirar, entonces me deleito en la nada, en esa plataforma de intensa paz. ¡Sí, a veces no siento el mundo, me dejo llevar, permito que el rocío de los sueños me bañe, refresque lo agitado de este mundo falaz, entonces retomo nuevas fuerzas, me recargo del poder de la felicidad!...
                                                                          Hughbarrish

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